La paella es, en efecto, un milagro de la convivencia. Bien es verdad que hay paellas monográficas y muy autóctonas: de verduras, de marisco, de pollo, de carne, incluso hay paellas sometidas a la creativa y dudosa ingeniería de los más modernos creadores gastronómicos, pero la paella española común es una amalgama de componentes milagrosamente bien mezclados: pimiento rojo, chirlas, pollo, gambas, mejillones, cordero, magro de cerdo, cangrejos de mar, guisantes... Uhmmm..., un combinado de aquí te espero! Le ponemos hasta trozos de limón, supongo que no por dar sabor, sino en la confianza antigua de que las propiedades desinfectantes y antibacterianas del cítrico puedan paliar los desconcertantes efectos de los frutos de mar en hipotético mal estado. Aunque cualquiera sabe. Que todo ese diverso conglomerado se lleve bien sobre el plato y en el estómago del consumidor es, en efecto, un prodigio de la convivencia y de la tolerancia mutua del que deberíamos tomar ejemplo. Bien es verdad que los llamados tropezones, que dan sabor y textura al invento, tienden a ser apartados a las orillas del plato. Sobre todo, por los niños. Los viejos comen todo lo que les ponen, porque ellos pasaron hambre canina en una guerra y entienden que una recta moral obliga a comer todo lo comestible.
La gente que esté habituada a comer fuera de casa por motivos laborables supongo que se habrá dado cuenta que todos los jueves en casi cualquier restaurante que vaya (al menos aquí en Barcelona) podrá encontrar en el menú del día paella. La norma se cumple en prácticamente la totalidad de los sitios. Así que algún origen tiene que tener ¿no?
Hay tres teorías más o menos extendidas sobre cuál es el origen de la tradición.
Por ejemplo una de ellas pone el origen en las familias pudientes. Según dice esta teoría la clase pudiente que tenía servicio doméstico era habitualmente el jueves cuando les daban el día libre. Por tanto, para no tener que cocinar la señora de la casa, se salía a comer fuera. Por ello, los hosteleros se afanaban ese día en preparar platos especialmente atractivos para ganarse a esa clientela, y uno de los platos especiales que se preparaban era justamente la paella.
Otra teoría pone el origen en los pescadores. Los domingos, como era día de descanso, no se salía a pescar. Así que era el lunes el primer día de la semana en el que se podía conseguir pescado fresco. Y este pescado, debido a los medios de transporte de antaño, no llegaba al interior hasta mediados de la semana. Por ello era el jueves cuando se podía comer el mejor pescado y los restaurantes lo preparaban ese día. ¿Y que tiene que ver esto con la paella? Pues se supone que como una de las paellas típicas es la de marisco, también se aprovechaba a preparla también los jueves.
La verdad que estas dos teorías no me parece que tengan una base muy sólida. Por ello me decanto por la tercera teoría que pone el origen de la paella en el General Franco.
Según parece el plato favorito de Franco era la paella. Además tenía por costumbre salir a comer los jueves por Madrid y como nunca repetía en el mismo restaurante, todos los hosteleros se preocupaban en preparar una buena paella los jueves por si ese día eran “agraciados” con la visita del generalísimo.
La paella es un plato de comer muy al momento, ya que es un plato muy centrado en olores y sabores únicos inigualables, cuando está recién hecha: reúne y armoniza elementos contrapuestos que le dan un aspecto y una textura digno de un gran plato. Se acostumbra a sirvirse el día jueves, el día que ocupa el lugar de enmedio del segmento semanal. Los tratadistas que estos días estudian las operaciones centristas deberían fijarse en la paella para alcanzar importantes conclusiones.
La gente que esté habituada a comer fuera de casa por motivos laborables supongo que se habrá dado cuenta que todos los jueves en casi cualquier restaurante que vaya (al menos aquí en Barcelona) podrá encontrar en el menú del día paella. La norma se cumple en prácticamente la totalidad de los sitios. Así que algún origen tiene que tener ¿no?
Hay tres teorías más o menos extendidas sobre cuál es el origen de la tradición.
Por ejemplo una de ellas pone el origen en las familias pudientes. Según dice esta teoría la clase pudiente que tenía servicio doméstico era habitualmente el jueves cuando les daban el día libre. Por tanto, para no tener que cocinar la señora de la casa, se salía a comer fuera. Por ello, los hosteleros se afanaban ese día en preparar platos especialmente atractivos para ganarse a esa clientela, y uno de los platos especiales que se preparaban era justamente la paella.
Otra teoría pone el origen en los pescadores. Los domingos, como era día de descanso, no se salía a pescar. Así que era el lunes el primer día de la semana en el que se podía conseguir pescado fresco. Y este pescado, debido a los medios de transporte de antaño, no llegaba al interior hasta mediados de la semana. Por ello era el jueves cuando se podía comer el mejor pescado y los restaurantes lo preparaban ese día. ¿Y que tiene que ver esto con la paella? Pues se supone que como una de las paellas típicas es la de marisco, también se aprovechaba a preparla también los jueves.
La verdad que estas dos teorías no me parece que tengan una base muy sólida. Por ello me decanto por la tercera teoría que pone el origen de la paella en el General Franco.
Según parece el plato favorito de Franco era la paella. Además tenía por costumbre salir a comer los jueves por Madrid y como nunca repetía en el mismo restaurante, todos los hosteleros se preocupaban en preparar una buena paella los jueves por si ese día eran “agraciados” con la visita del generalísimo.
La paella es un plato de comer muy al momento, ya que es un plato muy centrado en olores y sabores únicos inigualables, cuando está recién hecha: reúne y armoniza elementos contrapuestos que le dan un aspecto y una textura digno de un gran plato. Se acostumbra a sirvirse el día jueves, el día que ocupa el lugar de enmedio del segmento semanal. Los tratadistas que estos días estudian las operaciones centristas deberían fijarse en la paella para alcanzar importantes conclusiones.
Receta de Paella (España) (4-6 personas)
Paella tradicional en su versión más sencilla
Ingredientes:
- 600 gramos de arroz
- 1/2 de pollo troceado
- 2 alcachofas
- 2 pimientos rojos medianos
- 2 tomates maduros
- Pimienta molida
- Un diente de ajo
- Perejil
- 1 hebra de azafrán (o colorante)
- Aceite de oliva (un vaso, 1/4 de litro)
- 1/2 limón
- Ramitas de romero y tomillo
- Sal
Paso 1: Se fríe el pollo con aceite. Una vez frito se pone a hervir con 8 vasos de agua.
Paso 2: Se sofríen las alcachofas, el pimiento y se separan aparte Por otro lado se sofríe el y el ajo.
Paso 3: Se echa el arroz y se le dan unas vueltas con el y el ajo ya sofrito.
Paso 4: El pollo debe estar ya hervido tras una 1/2 hora y antes de que se termine de sofreír el arroz con el tomate y ajo, se añade todo. Esto es: el pollo ya hervido con su agua (el pollo debe llevar 6 vasos de caldo tras hervirlo); después se añaden las alcachofas y el pimiento; el zumo de medio ; un poco de pimienta, un poco de perejil, tomillo, la hebra de azafrán picada (si no se tiene azafrán puede utilizarse colorante) y sal.
Paso 5: Ya tenemos todo lo anterior en la paellera o sartén. Al principio fuego fuerte, a mitad de cocción se baja a medio fuego y tras unos 20 minutos en total (más cinco minutos de reposo) ya debe estar lista para servir.
carloslimongi@yahoo.com
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