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El Trabajo sobre sí mismo en Masonería

 "Si sabes meditar, observar, conocer, sin llegar a ser nunca destructor o escéptico; soñar, más no dejar que el sueño te domine; pensar, sin ser sólo un pensador." (Rudyard Kipling)

Todo masón deberá ser un obrero de sí mismo.

Todo masón debería conocer el comienzo y la continuación del famoso poema del hermano masón Rudyard Kipling, de todos modos lo colocare el final del presente comunicado. Parece difícil y a la vez fácil de captarlo desde el punto de vista masónico. Probemos el desafío, sin embargo, dadas las palabra a otros al interpretarlo, francmasones o no, son muy diferentes en sus sensibilidades. Recuerde de antemano que la meditación, como el alcohol, debe consumirse con moderación. Sigmund Freud también señala que "el trabajo es el único equilibrio en la vida". Nuestros rituales masónicos están ahí para recordárnoslo, incluso aquellos del trabajo en Logia o en el ágape. Trabajo y masonería son términos inseparables en el sentido profundo del término.


Vamos a analizar el concepto de Trabajo desde otras ópticas diferentes a lo que comprendemos en el Mundo Laico o Profano: “No creas que ya tienes un alma. No puedes tener una Alma si no trabajas sobre ti mismo para crearla ”- George Ivanovitch Gurdjieff, esoterista y escritor armenio. “La respiración es necesaria para el cuerpo, como el Trabajo para desarrollar el alma. Si dejas de respirar, tu cuerpo muere. Del mismo modo, sin Trabajo para espiritualizarte tu alma se marchitará ”- Osho o Bhagwan Shree Rajneesh , maestro esotérico . "La luminosidad del trabajo interno se asemeja al flujo del Universo" - Milarepa, monje ascético tibetano.

El cuarto camino, se pretende por su parte integrar el autoconocimiento y la interiorización, en la propia vida cotidiana. Para ello se hace necesario trabajar en sincronía y armónicamente con los tres centros que forman el ser humano ; que son el intelecto , la emoción y lo corporal . Basado en un profundo conocimiento de la psique humana, aprendido de diversos maestros orientales, Gurdjieff sistematizaba en un todo coherente una serie de ejercicios para producir el trabajo de sí, o aumento de la consciencia, a partir de la autobservación despiadada y la autoconsciencia sin reservas. Nos cuenta Ouspensky, que componían la escuela, disciplinas tales como: las danzas rituales (como la danza derviche y numerosas danzas antiguas), diversos ejercicios físicos que incluían el agotamiento exhaustivo, el uso del Stop, por el que los alumnos habían de detenerse de modo absoluto a la señal del maestro y observarse entonces, etc.

El sufrimiento voluntario y el entendimiento de uno mismo como "máquina que funciona mal" y que se debe trabajar para que funcione bien, forman parte del cuarto camino. La consciencia y la creación del alma misma, son tenidas por cualidades que el candidato habrá de forjar en sí mismo, a través del trabajo de sí en una escuela.

"La eternidad no es más que la perfecta posesión de uno mismo en el mismo instante" – Decía San Agustín. "

Precisamente, la música. Este lenguaje está más allá de las palabras, un vínculo entre el hombre y lo divino. La música se dirige a nuestra alma y nos muestra el camino hacia la paz. “La melodía es la oración que el hombre dirige a Dios. La armonía es la respuesta que Dios hace al hombre ”.

“La música está en todas partes. Ella no está encerrada en los libros. Está en el bosque, en los ríos y en el aire ”-.

"El papel de la música es liberarnos de la tiranía de nuestros bajos sentidos " -

"Para el cuerpo tenemos gimnasia y para el alma esta música " - Platón. "

“El ritmo y la melodía determinan emociones de todo tipo. Por la música te acostumbras a sentir los sentimientos correctos”-Aristóteles .

"Las canciones me hicieron, no fui yo quien las hizo" - Johann Wolfgang Goethe.

Siendo el Trabajo sobre sí mismo la actividad fundamental que mueve a la Masonería, mucho es lo que se ha escrito sobre este tema en particular, los masones somos obreros de nosotros mismos. Definamos entonces ciertos aspectos del trabajo en el mundo profano, recordando la obra de los Masones operativos, que construían cosas afuera de ellos, y los masones especulativos que construimos dentro de nosotros mismos, esto con el fin de comprender el plan de trabajo interno de cada Masón durante su vida, proponiéndose un modelo esquemático de aspectos a desarrollar sobre nosotros mismo.

Ahora desde este punto leamos este poema masónico, que prometí poner completo ahora, son dos versiones que encontré en internet:

“Si”  de Rudyard Kipling

Si la obra de tu vida puedes ver destrozada
y sin decir palabra, volverla a comenzar;
o perder en un día la ganancia de ciento
sin un gesto ni un suspiro...
 
Si puedes ser amante y no estar loco de amor,
si consigues ser fuerte sin dejar de ser tierno,
y sintiéndote odiado, sin odiar a tu vez,
luchar y defenderte...
 
Si puedes soportar que falseen tus palabras
los pícaros para excitar a los tontos:
y oir cómo sus lenguas falaces te calumnian
sin que tú mismo mientas...
 
Si puedes seguir digno aunque seas popular;
si consigues ser pueblo y dar consejo a los reyes;
y a todos tus amigos amar como a un hermano
sin que ninguno te absorba...
 
Si sabes meditar, observar, conocer,
sin llegar a ser nunca destructor o escéptico;
soñar, mas no dejar que el sueño te domine;
pensar, sin ser sólo un pensador...
 
Si puedes ser severo sin llegar a la cólera;
si puedes ser audaz sin pecar de imprudente;
si consigues ser bueno y logras ser un sabio
sin ser moral ni pedante...
 
Si alcanzas el triunfo después de la derrota
y acoges con igual calma esas dos mentiras;
si puedes conservar tu valor, tu cabeza
cuando la pierdan otros...
 
Entonces, los Reyes, los Dioses, la Suerte y la Victoria
serán ya para siempre tus sumisos esclavos
y, lo que vale más que la Gloria y los Reyes:
serás Hombre, hijo mío.

Si… de Rudyard Kipling

Si puedes mantener la cabeza en su sitio cuando todos a tu alrededor
la pierdan y te culpen a ti.

Si puedes seguir creyendo en ti mismo cuando todos dudan de ti,
pero también aceptas que tengan dudas.

Si puedes esperar y no cansarte de la espera;
o si, siendo engañado, no respondes con engaños,
o si, siendo odiado, no incurres en el odio.

Y aun así no te las das de bueno ni de sabio.
 
Si puedes soñar sin que los sueños te dominen;
Si puedes pensar y no hacer de tus pensamientos tu único objetivo;
Si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso,
y tratar a esos dos impostores de la misma manera.

Si puedes soportar oír la verdad que has dicho,
tergiversada por villanos para engañar a los necios.

O ver cómo se destruye todo aquello por lo que has dado la vida,
y remangarte para reconstruirlo con herramientas desgastadas.
 
Si puedes apilar todas tus ganancias
y arriesgarlas a una sola jugada;
y perder, y empezar de nuevo desde el principio
y nunca decir ni una palabra sobre tu pérdida.

Si puedes forzar tu corazón, y tus nervios y tendones,
a cumplir con tus objetivos mucho después de que estén agotados,
y así resistir cuando ya no te queda nada
salvo la Voluntad, que les dice: “¡Resistid!”.
 
Si puedes hablar a las masas y conservar tu virtud.

O caminar junto a reyes, sin menospreciar por ello a la gente común.

Si ni amigos ni enemigos pueden herirte.

Si todos pueden contar contigo, pero ninguno demasiado.

Si puedes llenar el implacable minuto,
con sesenta segundos de diligente labor
Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y —lo que es más—: ¡serás un Hombre, hijo mío!