Se dice que un hombre espiritual es aquel que concibe la vida de una manera elevada, despreciando los bienes materiales.
Hay variaciones que no pueden confundirse, como, por ejemplo: el espiritismo, que es una doctrina cristiana; espiritualismo, que es una corriente de éxtasis e interés más profundo que la vida diaria.
Estas variaciones a veces conducen a los excesos.
El masón debe estar equilibrado en todas las circunstancias y sentidos.
Está dirigido hacia la espiritualidad, frente a la filosofía masónica que apunta a amar al prójimo como a uno mismo, distinguiendo a ese prójimo como su hermano de Iniciación.
El inmediatismo y el materialismo no suenan bien, en lo que respecta a la filosofía masónica, ya que dentro de los Templos la mente se vuelve hacia la glorificación del Gran Arquitecto del Universo, que es Dios.
Además de la lucha común por la supervivencia, hay otros valores que la gente común no conoce.
Este "más allá" que reside dentro de cada masón hace que el ser humano vea claramente que más allá de lo trivial hay aspectos trascendentales, los valores superiores, la supervivencia, en resumen, la espiritualidad.
Breviário Maçônico / Rizzardo da Camino, - 6. Ed. – São Paulo. Madras, 2014, p. 152.
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