La Hospitalidad Masónica

 

La Hospitalidad es un deber básico de todo masón; para acoger u hospedar a los Hermanos de todas partes. Durante la existencia de corporaciones y gremios, este deber se tomó muy en serio; evidentemente, con la evolución social, esta obligación ya no encuentra una razón para ser porque los medios de transporte, hoteles o posadas y el nivel económico garantizan la seguridad necesaria para el extraño; sin embargo, es deber del francmasón atender los casos que surjan y requieran atención y protección.

El acto de hospedar no se limita a abrigar o refugiar, recibir al hermano en el receso del hogar, sino recibirlo en el corazón, con afecto.

Un cálido apretón de manos, un abrazo cariñoso, palabras de bienvenida, otras atenciones, todo Masón aspira a recibir.

Si es así, no es suficiente recibir, ya que depende del masón dar.

Durante las reuniones y congresos, grupos de Hermanos se alojan en las casas de otros Hermanos, hay un intercambio de beneficios, amabilidad y afecto.

Cada masón siente la necesidad de ser bienvenido; Este sentimiento es típico de la familia masónica, y la tradición debe mantenerse. Quien tenga la posibilidad de ser anfitrión, de hospedar, que lo haga, y el premio será satisfactorio, para el fortalecimiento de la amistad, para el ejercicio del afecto.

Breviário Maçônico / Rizzardo da Camino, - 6. Ed. – São Paulo. Madras, 2014, p.188.
18 de junio.