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La Granada - Simbología Masónica, Cristiana y Pagana

 



El fruto es originario de una región que abarca desde Irán hasta el norte de los Himalayas en India, y fue cultivado y naturalizado en toda la región del Mediterráneo incluyendo Armenia desde la Antigüedad. Muy apreciada en las zonas desérticas, por estar protegida de la desecación por su piel gruesa y coriácea, lo que permitía que las caravanas la pudieran transportar grandes distancias, sin que le afectara en la conservación de sus cualidades tan apreciadas. Se encuentran sus huellas en todos los documentos antiguos.

Se sabe del cultivo de la granada, desde hace al menos 5000 años en Asia occidental y en el Norte de África; se encontraba en los jardines pensiles de Babilonia y en los bajorrelieves egipcios. Los antiguos egipcios preparaban con su jugo un vino ligero con sabor a frambuesa.

Hipócrates recomendaba el jugo de la granada contra la fiebre y como fortificante contra la enfermedad.

Los romanos conocieron la granada gracias a los fenicios que la trajeron de Fenicia (aproximadamente en el actual Líbano) a Roma, de ahí su nombre científico de Punica.

La Biblia hace referencia en numerosas ocasiones a este fruto, y siempre en su defensa.

Son los bereberes quienes traen la fruta a Europa, y la ciudad de Granada, fundada en el siglo X, recibió su nombre a partir de esta fruta.

Muchos pueblos han visto la granada como un símbolo de amor, de fertilidad y de prosperidad:

  • Según la mitología griega, el primer granado fue plantado por Afrodita, la diosa griega del amor y de la belleza, mientras que el dios del infierno Hades, le ofreció su fruto a la bella Perséfone para seducirla.
  • En Java, está asociada a ciertos ritos que acompañan el embarazo.
  • Según Shakespeare, bajo su follaje se ocultó Romeo para cantarle una serenata a Julieta. 
  • En China, se tiene la costumbre de ofrecerle una granada a los recién casados como auspicios de una descendencia numerosa (el color rojo de esta fruta es considerado por la tradición china un color que atrae la buena fortuna). 
  • En el islam se considera al granado como uno de los árboles del Paraíso conforme a referencias coránicas y de las tradiciones del profeta Muhammad o Mahoma.

El símbolo de la granada lo encontramos en los escritos más antiguos de la Biblia. Los relatos de la estancia de los israelitas en Egipto están llenos de alusiones a las granadas. El delta del Nilo era lugar de granados y los hebreos recurrían a la granada como alimento restaurador del trabajo de esclavitud. El libro de los Números cuenta que los exploradores enviados por Moisés a la tierra prometida llevaban el fruto del granado como prueba de la fertilidad del país (Núm 13,23). Durante la época de la monarquía de Israel, la granada se utilizaba como reflejo de la estabilidad y la concordia del reino. Las descripciones que se hacen del templo de Salomón reflejan su presencia en la arquitectura. Cientos de granadas coronaban la parte alta de los capiteles de las columnas del templo (1Re 7,18.20.42; 2Crón 3,16; 4,13; Jer 52,22). Las granadas también eran utilizadas como ofrendas en el templo, sobre todo cuando la población es-taba obligada a pagar el diezmo a las autoridades religiosas. Los textos legales determinan que, a los funcionarios y grupos como los levitas, se les entregaba la décima parte del trigo, del vino y del aceite, de las granadas y de otros frutos (Tob 1,7).

La granada, es una fruta que aparece frecuentemente en la temática funeraria, y la abundante iconografía tanto de los etruscos como de otros pueblos, coloca a las granadas, en múltiples representaciones que arrancan desde el S.V a.C., acompañando figuras en las que se representan; luchas de gladiadores, de evidente significado funerario, viajes de difuntos al Hades, o matronas sosteniendo dos granadas. Con lo que se torna evidente, que la representación de esta fruta junto a, o siendo portadores de ellas, dota de simbolismo de ultratumba a las escenas en las que se desarrolla la acción de los personajes representados.

Proserpina hija de Ceres

 


La mitología coloca en las manos de Poserpina, arrastrada a las profundidades del Infierno por Plutón para convertirla en la reina de los mundos de ultratumba, una granada. Proserpina hija de Ceres y Júpiter, se encontraba recogiendo flores, cuando Plutón surgió del inframundo montado en una cuadriga arrastrada por cuatro caballos negros, y raptándola, se la llevó al Hades. Su madre Ceres, diosa de la agricultura, al notar su ausencia, comenzó a buscarla desesperadamente, por todos los rincones de la Tierra.

Así triste y ocupada sólo en su búsqueda, todas las frutas y cereales dejaron de crecer, y por donde pisaba, la tierra se convertía en desierto. Júpiter le pidió a Plutón que liberase a Proserpina, para que la naturaleza volviera a florecer.

Este finalmente le permitió volver con su madre, pero antes de hacer-lo le dio a comer seis granos de granada, para que tuviese que vivir seis meses con él. Así pues, a Ceres llega a visitarla su hija en la primavera, y la recibe floreciendo los árboles y las plantas, y al llegar el verano la tierra da frutos, pero al tener que volver de nuevo con Plutón, y dejar a su madre, esta se entristece y la vegetación se agosta y pierde su color, permaneciendo estéril durante el invierno. Una lápida de mármol encontrada junto a un pantano, de posible origen romano, cercano a la ciudad de Mérida acabaría dándole el nombre de Proserpina, al mismo.

En esta lápida se lee la petición a esta diosa que reina en los infiernos, para que sea su vengadora, pues le han robado varias prendas de vestir.

 

“DEA . ATAECINA TVR / BRIG . PROSERPINA / PERTVAM MAIESTATEM / TE
ROGO ORO OBSECRO / VTI VINDICES QVOT MIHI / FVRTI FACTVM EST
QVISQVIS / MIHI IMVDAVIT INVOLAVIT / MINVSVE FECIT EAS...Q I.S.S /
TVNICAS. VI...........AENVLA / LINTEA.II.IN...VM CV / IVS.....M . IGNORO
/......IVS.”

 

"Diosa Ataecina Turibrigense Proserpina, te ruego, pido y demando, por tu
gran majestad, que seas mi vengadora en cuantos robos me han sido hechos;
un individuo a mí me ha escamoteado, en menos tiempo que se tardó en
hacerlas, las cosas que abajo escribo: túnicas, seis; capota de lienzo dos,
camisas...

Este sentido de ultratumba, posiblemente quedaría en la mente y el imaginario de las gentes y se reproduciría a través de los tiempos. Así en el Museo Visigodo de la ciudad de Mérida, existe una pilastra, en la que la iconografía de haces de espigas en la parte superior y granadas en la inferior, pueden retrotraernos a la simbología del cielo, o de Jesucristo, "yo soy el pan vivo bajado del cielo", (Juan. 6, 51) y del infierno, aunque además pueden significar la unidad, tanto por las gavillas atadas, como por las granadas, con todos los fieles, personificados en los granos de esta, dentro y protegidos en una sola iglesia, en una época en la que el arrianismo y las diversas herejías tenían dividida a la cristiandad, significado que se completaría con la flor de lis, que se encuentra dominando las figuras, símbolo de la Trinidad, tres partes formando una sola flor, simbología muy repetida en la iconografía visigoda, afirmando de esta manera, el misterio de la Trinidad de los católicos frente a la negación de Cristo, como Dios, por parte de los arrianos.

 

Virgen de la Granada



Pero ¿cuál es el origen de la advocación de la "Virgen de la granada” en las múltiples localidades, ¿que la tienen como patrona y cuál es su sentido?

Fernando III el Santo tenía una gran devoción a la Virgen de la Granada y los diversos militares, que estuvieron a su servicio, como Pelay Pérez Correa, hicieron iglesias e instituyeron como patrona de las recién conquistadas ciudades a la Virgen bajo esta denominación. En realidad, dicha denominación viene a ser sinónima a la de la de: "Virgen de los reyes".

La parte superior de la granada asemeja a una corona. El significado de unidad de unos súbditos, protegidos bajo la corona, hacía que la Virgen de la Granada aunara en su nombre el ser: "Reina de Reyes" bajo cuya protección se colocaban juntamente estos, con los súbditos de su reino.

Sin embargo, cuando es el niño Jesús el que lleva la granada, suele tener sobreañadido un significado "pasionista", debido al color rojo de su zumo que se identifica con la sangre derramada por Cristo en la Pasión, y normalmente estas representaciones suelen ser más tardías, como reflejo de las corrientes místicas del siglo XVI. Pero esta simbología adquiriría mayor relieve tras la Contrarreforma, en la que la Granada aglutinando dentro de sí todos los granos, es una imagen de unidad frente al separatismo protestante, y las herejías. La plasmación iconográfica perfecta de la doctrina de la Iglesia de: "un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo", en la que los granos serían la comunidad de los creyentes. No es de extrañar pues, la revitalización en este período de esta advocación, que se aprecia en las poblaciones en las que ya estaba establecida y que cobra un nuevo vigor. Una de las advocaciones en las que se cumplen todos estos supuestos referidos, es en la de la Virgen de la Granada de la población extremeña de Llerena, que fue conquistada a los musulmanes bajo el mandato de Fernando III el Santo.

Estando por los años 1241 ocupado en el sitio de Llerena el capitán de los ejércitos del rey San Fernando, D. Pelayo Pérez Correa, tenía en su compañía un religioso. Éste, estando un día en su oración, se le apareció la santísima Virgen, la cual le habló en estos términos:

"Vete a hablar con mi siervo Pelayo, y dile de mi parte que se anime y esfuerce en la pelea contra los moros, con la seguridad de que obtendrá sobre ellos una señalada victoria, y como señal de ello entrégale esta granada; pero exijo, en agradecimiento, que se me edifique un templo, en el que colocareis la Imagen que dejo como prenda de amor."

Fue corriendo el sacerdote a decírselo a D. Pelayo, y éste, animado con el mejor celo, reportó una muy señalada victoria. Tal y como mandó la Virgen, se edificó un templo colocándose en él la Imagen aparecida. "Desapareció con esto la visión y el virtuoso sacerdote reparó, que entre las ramas de un granado se dejaba ver una Imagen de Nuestra Señora sentada, con el Niño Jesús y una granada en la mano". Llerena fue uno de los puntos en los que se desarrolla-ron entre 1563 a 1620, dieciocho autos de fe. En 1.579 fueron juzgados y castigados los dos "alumbrados" más importantes, los clérigos de esta ciudad Hernando Álvarez y Cristóbal Chamizo que predicaron y extendieron estas ideas, que perdurarían desde finales del XVI a principios del XVII, consistentes en unas extravagantes opiniones teológicas, en las que había un menosprecio de los preceptos divinos: " la gente justificada en el bien, no puede pecar". Y esta era el argumento troncal de su doctrina, que justificaba el que las penitencias que imponían en el confesionario, fueran: "ayuntamientos carnales con ellos mismos" ya que el Mesías había de nacer del comercio carnal de una doncella con alguno de estos confesores. Pero en esto también había ciertos grados porque algunos otros alumbrados como Juan Ordás, cura de Fuente del Arco, localidad cercana a Llerena afirmaba que: "tener relaciones con mujeres decentes, no era tanto pecado como hacerlo con una mujer burdiana, y con una hermosa, no era tanto pecado como con una mujer fea". Es evidente que serían herejes, pero no tontos.

De todos es conocido que los árabes introdujeron en la Península Ibérica, y especialmente en Andalucía, nume-rosos árboles frutales y plantas desconocidas en Europa como el arroz, la caña de azúcar y la refrescante y medicinal Granada, fruta del árbol Granado, y símbolo del reino de Granada, he aquí la narración de cómo aclimataron las plan-tas exóticas, y especialmente el origen de la Granada, los primeros musulmanes en Andalucía según el cronista Ibn Said, en su obra "Mugrib".

La Fruta Granada y la Masonería

En el templo masónico la granada descansa en lo alto de los pilares recordándonos los elevados ideales que per-sigue nuestra institución. Cada grano simboliza a todos los masones de la tierra, que llevan en sí el néctar y la semilla dispuesta a germinar a favor del bien de la creación. Su jugo rojo de sabor agridulce representa las alegrías y pesares de la vida.

La delgada cáscara de la granada resiste los golpes de la naturaleza y conserva dentro el sabor de un néctar deli-cioso. Al igual que la Masonería resiste los ataques de quienes son contrarios, conservando la sustancia que da vida. Se le representa abierta, dejando a la vista de toda la estructura organizada, semejante a las logias dispersas por la tie-rra y reunidas en la masonería universal. Los masones estamos unidos al igual que los granos de la granada y conti-nuaremos estándolo mientras en nuestras filas exista la armonía y el amor que comprende. Nuestra obra no podría lle-varse a cabo sin el entendimiento que permite que al interior de nuestros templos exista la diversidad religiosa y políti-ca; pero esta camarería y signo de confianza son necesarios, también en nuestras vidas diarias con todo el universo. En la representación que encontramos en el templo, las granadas, además de abiertas, lucen adornadas por la flor de la azucena, que corona la cúspide de los capiteles. Esta flor simboliza el candor y la pureza, que significa que la meta del Masón es el idealismo, enmarcado en la pureza de sus sentimientos y el cultivo y práctica de sus virtudes. La azucena se identifica con el lino o flor de lis, que la tradición heráldica ha escogido como emblema de la paz y la concordia; tales postulados son fundamentos masónicos en la convivencia social. Así, la Granada y Lirio unidos representan el candor y la pureza junto a la armonía que reina en la Masonería que, por muy multiplicado que sea, constituye una y la misma familia, porque, así como las semillas apoyadas recíprocamente en la granada es que toma su verdadera forma. Como las semillas, dentro de nuestras logias somos las semillas: mayores, menores, de apariencias diversas, de aspectos diferentes, de pensamientos propios, profesando distintas creencias o pensamientos políticos, pero siempre unidos por el mismo propósito, unidos por el sentimiento, por idéntico espíritu que la savia nutritiva de vida masónica que es-tá representada en el jugo de la granada.

 

Bibliografía

LOS ARQUITECTOS. La Granada Fruto de la Armonía
http://losarquitectos.blogspot.com/2006/04/la-granada-fruto-de-la-armona.html.
PÉREZ, C. A. La granada fruta del infierno, y de los reyes.
http://www.extremaduraaldia.com/reportajes/la-granada-fruta-del-infierno-y-delos-reyes/102269.html
ZUMO DE GRANADA. La Fruta Granada Simbología
http://www.zumodegranada.com/es/granadas-de-espana/85-la-fruta-granadasimbologia.html
WIKIPEDIA. Punica granatum. http://es.wikipedia.org/wiki/Punica_granatum

 

El autor

Roberto Aguilar Machado Santos Silva - M M - Gr 18

Miembro vitalício de la Academia Masónica de Letras de Mato Grosso do Sul, Brasil

En su vida profana es Médico Veterinário, Consultor Internacional en Salúd y Enfermedades de Caballos (Inglaterra, Francia, España, Bélgica y Escócia) y Miembro de la Academia de Ciencias de New York

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