El Orgullo, la Vanidad, el Odio, el Egoísmo y la Codicia

 

Una escuela realizó un viaje de entretenimiento para sus jóvenes estudiantes.

 

En el camino, se encontraron con un túnel por debajo del cual pasaba el conductor del autobús, con una altura de tres metros escrita en él.

El conductor no se detuvo porque la altura del autobús también era de tres metros.

Pero la sorpresa esta vez fue grande, ya que el autobús se frotó contra el techo del túnel y se atascó en el medio, lo que dejó a los niños en un estado de miedo y pánico. 

El conductor del autobús comenzó a preguntar:

Todos los años cruzo el túnel sin ningún problema, entonces, ¿qué pasó?

Un hombre de la multitud respondió: El camino ha sido pavimentado nuevamente y por lo tanto el nivel de la calle ha subido un poco.

El hombre trató de ayudar a atar el autobús a su automóvil para sacarlo, pero cada vez que la cuerda se rompía debido a la fuerza de la fricción ... Algunos sugirieron traer un automóvil más fuerte para tirar del autobús, y algunos sugirieron cavar y romper el asfalto. 

En medio de estas diversas sugerencias, que parecían difíciles e inútiles, uno de los niños se bajó del autobús y dijo: ¡Yo tengo la solución!

Quizás porque no pudieron escucharlo, dijo:

El profesor nos dio una lección el año pasado y nos dijo: Debemos sacar de dentro de nosotros el orgullo, la vanidad, el odio, el egoísmo y la codicia que nos hace inflarnos de vanidad frente a la gente, y entonces el tamaño de nuestra alma y alma lo hará. Regresar al límite natural en el que fuimos creados, para que podamos cruzar desde la estrechez del mundo.

Quizás si aplicamos estas palabras al autobús y le quitamos un poco de aire a sus neumáticos, comenzará a descender del techo del túnel y pasaremos con seguridad.

Todos estaban asombrados por la maravillosa idea del niño, llena de honestidad y fe, y de hecho, la presión de aire de las llantas del autobús se redujo hasta que cayó por debajo del nivel del techo del túnel y todos cruzaron con seguridad.

El mensaje :

Nuestros problemas están en nosotros, no en la fuerza de nuestros enemigos, así que eliminemos de nuestro interior el aire de orgullo y vanidad, y bajemos nuestras alas unos a otros para que podamos pasar por el mundo en paz.