El Ojo de la providencia, es un importante símbolo del Ser Supremo, tomado por nuestra institución hace muchos años y proviene de las diferentes congregaciones humanas de la antigüedad. Tanto de los Hebreos, los Chinos, los Persas y otras diferentes culturas como la de los Egipcios, que de todos ellos se deriva su uso mayoritariamente, y esas inclinaciones naturales de las mentes figurativas de elegir casi siempre un órgano del cuerpo humano o el de un animal como símbolo de las funciones a qué se destina ejecutándolas de singular modo. Veamos como por ejemplo el pie, fue a menudo adoptado como símbolo de la velocidad, y en otras culturas lo fue o lo es la huella o el pie de Buda que marcado con diferentes signos positivos, muchas veces hasta llegar a la suma de 108. La mano por otro lado en el cristianismo se conoce como la mano de Dios, tiene un significado preponderante en esta religión y en el Islam es la mano de Fátima hija de Mahoma,el del brazo, que simboliza la fuerza, la fidelidad, o la legalidad que se visualiza en muchos países como el brazo de la Ley.
Sobre el mismo principio, el ojo abierto es representativo de la vigilancia; por lo que el ojo de Dios, es símbolo de la vigilancia divina, también llamado Ojo que todo lo ve, Ojo panóptico o Delta luminoso, es un símbolo interpretado como la vigilancia y providencia de Dios sobre la humanidad.
En Nepal existe un templo provisto de cuatro pares de ojos que representa los ojos del omnipresente, y el Islam también tiene un ojo que data del siglo XV y se basa en una mándala en forma de almendra que representa el paso espiritual que conduce hasta el alma, la verdad, y la sabiduría.
Es por eso que en la religión Egipcia el ojo que todo lo ve se encuentra relacionado con el «ojo de Ra», también llamado ojo de Horus. Sin embargo, se diferencia de él porque el ojo que todo lo ve, ordinariamente se encuentra inscrito dentro de un triángulo con uno de sus tres vértices hacia arriba y con la mirada hacia abajo, esto, según René Guénon,(matemático,filósofo, esotérico, y masón francés) como símbolo del «Principio de la manifestación misma» y de « omnipresencias » en su «significado especial de providencia».
El símbolo del ojo que todo lo ve ha sido usado tanto dentro de contextos religiosos, como mágicos o de amuleto, y que mayoritariamente también a formando parte desde tiempos inmemorables del simbolismo masónico.
Esto lo podemos apreciar por ejemplo en el billete de a Dólar donde se encuentra en la famosa pirámide de 13 escalones y en cuya cúspide, está el "Ojo que todo lo ve" símbolo de nuestra institución que según algunos historiadores, como hemos explicado, hace referencia al "Ojo de Horus", un antiguo dios egipcio que representa al Dios Sol.
Lo que sí se sabe con certeza es que este símbolo fue introducido por órdenes del Presidente Roosevelt en 1933.
En la parte superior de la pirámide se puede leer un letrero que dice "Annuit Coeptus", que significa "Nuestra empresa es exitosa".
Si se mira en la parte inferior de la pirámide, se puede también leer el lema "Novo Ordo Seclorum", que traducido sería "Nuevo Orden Mundial", que hace referencia a la ideología tanto masónica como para algunos de los Iluminatis.
Casi todos los estudiosos del tema relacionan su origen con el antiguo Egipto pero no podemos decir con exactitud que la masonería operativa ni la especulativa adquirieron el origen del ojo de esa civilización . Podemos suponer que ellos realmente este conocimiento lo tenían desde los primeros tiempos en que el Sol y la Luna fueron considerados en Egipto como los ojos del dios Horus, por su creencia religiosa aunque a menudo se les diferenciaba: el ojo izquierdo u "Ojo de Horus" era el símbolo de la Luna, mientras que el derecho u "Ojo de Ra" (o de Horus el Viejo) era el ojo del Sol.
Es así como este símbolo adquiere su carácter antropológico de restauración y bienestar popular, asociado con el lado izquierdo, el invierno y la Luna. Debido a que Thot jugó un papel importante en este mito, se le conoce además de lo antes expuesto como el "Ojo de Thot".
De igual modo Maat se identificaba con el ojo de Horus, una vez herido y otra vez sano. Ambos simbolizan un orden en constante peligro de extinción y que debe restablecerse como nuevo en la misma medida.
La presentación del ojo de Horus por el faraón o el sacerdote tenía el mismo significado básico que la presentación de Maat. Este gesto ritual era una prueba visible de que todas las amenazas al orden habían sido eliminados, y que la justicia y la armonía gobernaban nuevamente.
El ojo sagrado se observa a menudo sostenido por un mono, como alusión a Thot, quien sanó al ojo. A causa de este rejuvenecimiento, se le llama también "ojo verde", asociando el color con Osiris, la vegetación, la resurrección. Una vez curado, este incluso poseía su propio perfume característico.
Y su utilización como amuleto también es muy conocida no solo en la cultura Egipcia sino también en muchas otras.
El símbolo del Ojo que todo lo ve es un símbolo de uso corriente dentro del ritual masónico, donde es conocido como "Delta luminoso", por su semejanza a la letra griega Δ la cual es representación del G.A.D.U. el cual, en muchas ocasiones tiene inscrito dentro del triángulo hebreo las letras hebreas YOD. Es por eso que es considerado un símbolo de la manifestación omnipresente del principio creador del universo.
Pero desde muchos años antes, en Mesopotamia, en el antiguo lenguaje de la civilización Sumeria, se hablaba de que también existieron diferentes triángulos como lo es el triángulo colocado dentro de los rayos de un círculo o viceversa, al que denominaban triángulo radiante.
En el arte cristiano cuando los rayos emanan del centro del triángulo, como es más común en el simbolismo masónico, como si lo cubriera en su resplandor, entonces simbolizan la luz divina. Los pueblos páganos daban a estos rayos de luz, la representación de su Dios Sol y del significado interpretativo de su culto.
Muchas fueron las diferentes corrientes religiosas que adoraron al Sol.
Sin embargo la verdadera idea masónica es que simboliza esa eterna luz de la sabiduría que debe circundar en nuestros templos como mar de gloria del Supremo Arquitecto, y de él cómo centro común del que emana hacia el universo de su creación.
En nuestras logias dependiendo del rito, este símbolo se ubica siempre en la parte superior del sitial del Venerable Maestro, en la parte superior y central del ala oriente de la sala, entre el sol y la luna. Su ubicación en el oriente, refuerza su símbolo luminoso, solar y de alta sacralidad, ya que este punto cardinal tiene especial significación dentro de nuestros rituales.
El ojo que todo lo ve comparte la simbología básica a lo relacionado con la vista, por su importancia constructora, siempre debemos considérala con preferencia a los demás sentidos del cuerpo humano.
Existe un pasaje evangélico que dice: La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tú ojo fuere sincero, todo tu cuerpo será luminoso; mas si tu ojo fuere malo, todo tu cuerpo será tenebroso. Así que la lumbre que en ti hay son tinieblas ¿cuantas serán las mismas tinieblas? (Mateo VI, 22-23) la luz es representativa de la sabiduría y el espíritu, por lo que su historia está muy relacionada como hemos podido apreciar con el uso de este símbolo dentro de las disímiles de religiones que han existido y existen, igualmente que en las diferentes doctrinas filosóficas de la antigüedad . Es el legado indiscutible que nos dejaron nuestros ancestros.
Según René Guénon nos dice que el sentido polisémico del símbolo es más abarcador de lo que la mente humana pueda comprender.
0 Comentarios
Dejar tus comentarios aqui: