(1) "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. (2) Este era en el principio con Dios. (3) Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho."
Juan 1:1 En el principio (Comienzo, origen, fuente, soberanía) era (estaba (estábamos), era, fuimos.) el Verbo (la expresión divina, la unidad de la realidad), y el Verbo (la expresión divina de la unidad, logos como la gran unidad de la realidad. Expresión divina) era (estaba) con (movimiento hacia, acceso a, o cercanía a.) Dios (divinidad suprema), y el Verbo (la expresión divina de la unidad) era (estaba, era) Dios (divinidad suprema).
El Evangelio de Juan traza el Verbo desde el comienzo de todo – antes del tiempo – antes de la creación del mundo. El Verbo no es parte de la creación – no fue creado – pero estaba con Dios antes de la creación. Esto es importante porque contradice el pensamiento judío que Dios obró solo durante la creación.
“era el Verbo” (logos). Logos es una brillante elección de palabras para cerrar la brecha entre el mundo judío y el griego. Los primeros cristianos eran judíos, pero el Evangelio se esparció rápidamente a los griegos, que no saben nada del mesías ni del cumplimiento de profecía. La labor de Juan es presentar este Evangelio en un lenguaje que puedan comprender y apreciar. Logos es una palabra común en la filosofía griega. Los griegos creen que el mundo es sumamente volátil, pero que se encuentra bajo el poder de Logos. Juan les dice a los griegos, “Vosotros creéis en Logos. Jesús es Logos venido a la tierra. Jesús es la mente de Dios en forma humana”.
Este versículo 1 del evangelio según San Juan, el Logos, o sea, el Verbo es la Palabra. Jesús es llamado la Palabra, el Verbo, el Logos. Obviamente, el Señor Jesucristo no es el logos de la filosofía griega; es, más bien, el "memra"[1] de las Escrituras hebreas (מימרא). Y ya sabemos lo importante que es La Palabra en el Antiguo Testamento. Por ejemplo, el nombre para Jehová nunca podía ser pronunciado por los israelitas. Era una palabra tan santa que nunca la usaban. (Este vocablo "Logos" no puede ser explicado por la filosofía griega, sino por el tetragrama hebreo "Jehová". ¡Él es el Jehová! ) ¡Él es el Verbo! ¡Él es la Palabra viviente! ¡Él es el que es!) El Verbo o Palabra, es uno de los nombres más elevados y más profundos que se le da al Señor Jesucristo. Jesús es el Verbo, y este nombre reúne todo lo que fue dicho acerca de Jehová en el Antiguo Testamento. Ahora, se presenta como el que "era en el principio". Este principio precede en el tiempo a las primeras palabras de la Biblia, en el libro del Génesis.
Todo tiene una fuente, un origen un comienzo dentro de la creación. Y del origen es que habla Juan, empieza con la fuente de la cual provienen todas las cosas y de donde también se desprende un verbo, una expresión de lo divino, la cual estaba y era con Dios (la suprema divinidad). Estos primeros versículos deben ser meditados y profundizados ampliamente en toda su extensión.
Juan escribe uno de los evangelios más profundos en entendimiento de la divinidad, este evangelio no puede ser tomado a la ligera, la superficialidad no existe en los escritos de Juan, su intimidad con el Señor, le han permitido adentrarse en conceptos que rayan con la religiosidad, pero que nos permiten entender la divinidad desde su fuente.
El verbo ha estado presente en toda la escritura como parte esencial de la divinidad, nunca se había separado de esta hasta la aparición de Jesús en las escrituras, quien es reconocido por Juan como el verbo o la palabra. Todo entendido debe reconocer la unidad en la que permanecieron el Padre y el Hijo, la cual puede ser conocida solo a través de la revelación divina.
Si asistes con prejuicios o creyendo que ya lo sabes todo, te perderás la comprensión de la divinidad en su máxima expresión y sabiduría. La triunidad como hemos llamado a la trinidad, concepto teológico con el que se le conoce, es de vital importancia para reconocer la obra redentora de Dios sobre la humanidad.
"En el principio era el Verbo...," dice el versículo 1. En realidad hay tres principios que se mencionan en las Escrituras. Un principio se encuentra en Génesis capítulo 1, versículo 1, y se remonta hasta la creación del universo físico.
Ahora, lo interesante es que el principio que se menciona aquí, ya queda en el tiempo pasado cuando se menciona. Cuando volvemos a la creación, Él ya era. Y, note usted que la palabra usada aquí, no es "es", sino "era". "En el principio era el Verbo. . ." En griego, esta palabra está en el pasado imperfecto del verbo, y denota una acción continua. Significa que el Verbo estaba en el principio. ¿Y en qué principio? Tan lejos en el pasado remoto como uno pueda llegar. La Biblia dice: "En el principio creo Dios los cielos y la tierra" (Génesis 1:1). El texto vuelve al principio, a la creación, a dos o tres billones de años, o quizás mucho más antes. Él viene desde la eternidad para encontrarse con nosotros y Él ya es tiempo pasado. "En el principio era el Verbo..."; si volvemos atrás hace billones y trillones de años antes de la creación, Él todavía sale desde la eternidad anterior, pero Él no tuvo un comienzo. Él ya estaba allí cuando el principio tuvo lugar. Alguien podría decir: "Bueno, tuvo que haber un principio en algún momento". Lo cierto es que dondequiera que señalemos un principio, Él estaba allí para reunirse con nosotros. Por tanto, aquí, tenemos un principio, que en realidad no es un principio. Es un principio al cual no nos es posible ni siquiera comenzar a regresar, ni formarnos una idea de ello. "En el principio era el Verbo."
En el griego original son solamente cinco palabras, y no hay ni un solo hombre en toda la tierra que pueda ponerle fecha, ni comprender o sondear la profundidad de esta frase. Así es que, con esta primera declaración tremenda, comienza nuestro estudio, en la infinidad del tiempo y del espacio.
Ahora, la segunda declaración es ésta: ". . . y el Verbo era con Dios. . ." Esta expresión aclara que Jesús estaba separado y era distinto a Dios el Padre. No podemos identificarle como Dios el Padre, porque Él está con Dios. Pero, alguien dirá que si Él está con Dios, entonces, Él no es Dios.
Pero, la tercera declaración aclara esto también: "y el Verbo era Dios". Esta es una declaración clara y enfática, la cual expresa que el Señor Jesucristo es Dios. El hecho es que el griego es aún más específico que esto, porque en el idioma griego, la palabra importante se coloca al principio de la oración. En el griego, pues, esta frase se lee así: "Dios era el Verbo".
El énfasis de Juan en el papel creativo del Verbo contradice la herejía gnóstica. El gnosticismo es dualístico, diciendo que la materia es mala y, por lo tanto, no debe ser creada por Dios. Gnósticos creen que el Dios de la creación del Antiguo Testamento es malo y así debe ser diferente del Padre de Jesús del Nuevo Testamento, que es bueno. Juan contradice ese pensamiento directamente, diciendo, “Todas las cosas por él fueron hechas; y sin él nada de lo que es hecho, fue hecho”. ¡Las primeras tres declaraciones en el evangelio según San Juan lo resumen todo! "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios."
Ahora, es verdad que hay algunas estudiosos que tratan de negar la deidad de Jesucristo, pero para tratar de afirmar tal cosa, han tenido que recurrir a un estratagema realmente engañoso, que consiste en publicar su propia y supuesta "traducción" de la Biblia, en la que presentan su propio punto de vista, en lugar de lo que dice el griego original en este pasaje.
Juan 1:2 Este era (estaba) en el principio (comienzo, origen o fuente) con Dios (la divinidad suprema).
Juan empieza con una revelación profundísima en su escrito, con la cual pretende dar a conocer el origen de la creencia de los discípulos, sobre la divinidad de Cristo. No ha habido mayor controversia dentro del cristianismo mismo como esta: la divinidad de Cristo. Algunos mencionan que Jesús era un hombre que se transformó en el Cristo, otros niegan la divinidad de Cristo. Pero todo este embrollo se presenta en varios casos por las enseñanzas equivocadas que no se estudian en profundidad, y otra por la falta de comunión con el Señor para que la revelación sea completa. Muchos son los creyentes que tropiezan con la divinidad de Jesús pues sus iglesias o congregaciones desconocen la revelación completa de Dios. Juan conociendo que esto se presentaba desde el comienzo de la cristiandad, empieza su evangelio describiendo lo que por revelación había recibido de parte del Señor.
Juan 1:3 "Todas las cosas por él fueron hechas (hacer que sea, constituir, cumplir), y sin (apartado) él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho."
No hay posibilidad alguna de desligar al verbo de Dios, ambos poseen la misma esencia, la misma virtud. Juan nos describe que por medio de él (Cristo) fueron hechas todas las cosas. Jesús el verbo eterno, fue quien permitió que todo llegara a ser lo que es, dio cumplimiento a toda la escritura y constituyo una iglesia apartada para Dios.
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[1] Palabra aramea que significa "Palabra", en el sentido de la creatividad o expresión de Dios que manifiesta su poder en el mundo de la materia o la mente, un término que se utiliza especialmente en el Targum como un sustituto de "El Señor" cuando un antropomorfismo quiere ser evitado. (Es la PALABRA-AMADORA-CREADORA-LIBERADORA). La palabra Memra tiene su equivalencia al griego y es la palabra LOGOS que en nuestras biblias en español la tradujeron como Verbo. El concepto, asociación y las manifestaciones de la Memra con Dios aparece 596 veces en los Targumenes pero no aparece ni una sola vez en el Talmud. El Targum de Onkelos la palabra aparece 179 veces, en los Targum Jerusalem 99 veces, y el Targum Jonatán 321 veces. Más de la mitad de estas referencias a la Mimra la tratan como si fuese personificada. La ausencia de ‘Mimra’ en el Talmud pudiera ser una reacción contra la interpretación que los primeros cristianos le dieran, como señalando a Yeshua.
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El Evangelio de Juan traza el Verbo desde el comienzo de todo – antes del tiempo – antes de la creación del mundo. El Verbo no es parte de la creación – no fue creado – pero estaba con Dios antes de la creación. Esto es importante porque contradice el pensamiento judío que Dios obró solo durante la creación.
“era el Verbo” (logos). Logos es una brillante elección de palabras para cerrar la brecha entre el mundo judío y el griego. Los primeros cristianos eran judíos, pero el Evangelio se esparció rápidamente a los griegos, que no saben nada del mesías ni del cumplimiento de profecía. La labor de Juan es presentar este Evangelio en un lenguaje que puedan comprender y apreciar. Logos es una palabra común en la filosofía griega. Los griegos creen que el mundo es sumamente volátil, pero que se encuentra bajo el poder de Logos. Juan les dice a los griegos, “Vosotros creéis en Logos. Jesús es Logos venido a la tierra. Jesús es la mente de Dios en forma humana”.
Este versículo 1 del evangelio según San Juan, el Logos, o sea, el Verbo es la Palabra. Jesús es llamado la Palabra, el Verbo, el Logos. Obviamente, el Señor Jesucristo no es el logos de la filosofía griega; es, más bien, el "memra"[1] de las Escrituras hebreas (מימרא). Y ya sabemos lo importante que es La Palabra en el Antiguo Testamento. Por ejemplo, el nombre para Jehová nunca podía ser pronunciado por los israelitas. Era una palabra tan santa que nunca la usaban. (Este vocablo "Logos" no puede ser explicado por la filosofía griega, sino por el tetragrama hebreo "Jehová". ¡Él es el Jehová! ) ¡Él es el Verbo! ¡Él es la Palabra viviente! ¡Él es el que es!) El Verbo o Palabra, es uno de los nombres más elevados y más profundos que se le da al Señor Jesucristo. Jesús es el Verbo, y este nombre reúne todo lo que fue dicho acerca de Jehová en el Antiguo Testamento. Ahora, se presenta como el que "era en el principio". Este principio precede en el tiempo a las primeras palabras de la Biblia, en el libro del Génesis.
“era el Verbo” (logos). Logos es una brillante elección de palabras para cerrar la brecha entre el mundo judío y el griego. Los primeros cristianos eran judíos, pero el Evangelio se esparció rápidamente a los griegos, que no saben nada del mesías ni del cumplimiento de profecía. La labor de Juan es presentar este Evangelio en un lenguaje que puedan comprender y apreciar. Logos es una palabra común en la filosofía griega. Los griegos creen que el mundo es sumamente volátil, pero que se encuentra bajo el poder de Logos. Juan les dice a los griegos, “Vosotros creéis en Logos. Jesús es Logos venido a la tierra. Jesús es la mente de Dios en forma humana”.
Este versículo 1 del evangelio según San Juan, el Logos, o sea, el Verbo es la Palabra. Jesús es llamado la Palabra, el Verbo, el Logos. Obviamente, el Señor Jesucristo no es el logos de la filosofía griega; es, más bien, el "memra"[1] de las Escrituras hebreas (מימרא). Y ya sabemos lo importante que es La Palabra en el Antiguo Testamento. Por ejemplo, el nombre para Jehová nunca podía ser pronunciado por los israelitas. Era una palabra tan santa que nunca la usaban. (Este vocablo "Logos" no puede ser explicado por la filosofía griega, sino por el tetragrama hebreo "Jehová". ¡Él es el Jehová! ) ¡Él es el Verbo! ¡Él es la Palabra viviente! ¡Él es el que es!) El Verbo o Palabra, es uno de los nombres más elevados y más profundos que se le da al Señor Jesucristo. Jesús es el Verbo, y este nombre reúne todo lo que fue dicho acerca de Jehová en el Antiguo Testamento. Ahora, se presenta como el que "era en el principio". Este principio precede en el tiempo a las primeras palabras de la Biblia, en el libro del Génesis.
Juan escribe uno de los evangelios más profundos en entendimiento de la divinidad, este evangelio no puede ser tomado a la ligera, la superficialidad no existe en los escritos de Juan, su intimidad con el Señor, le han permitido adentrarse en conceptos que rayan con la religiosidad, pero que nos permiten entender la divinidad desde su fuente.
El verbo ha estado presente en toda la escritura como parte esencial de la divinidad, nunca se había separado de esta hasta la aparición de Jesús en las escrituras, quien es reconocido por Juan como el verbo o la palabra. Todo entendido debe reconocer la unidad en la que permanecieron el Padre y el Hijo, la cual puede ser conocida solo a través de la revelación divina.
Si asistes con prejuicios o creyendo que ya lo sabes todo, te perderás la comprensión de la divinidad en su máxima expresión y sabiduría. La triunidad como hemos llamado a la trinidad, concepto teológico con el que se le conoce, es de vital importancia para reconocer la obra redentora de Dios sobre la humanidad.
El énfasis de Juan en el papel creativo del Verbo contradice la herejía gnóstica. El gnosticismo es dualístico, diciendo que la materia es mala y, por lo tanto, no debe ser creada por Dios. Gnósticos creen que el Dios de la creación del Antiguo Testamento es malo y así debe ser diferente del Padre de Jesús del Nuevo Testamento, que es bueno. Juan contradice ese pensamiento directamente, diciendo, “Todas las cosas por él fueron hechas; y sin él nada de lo que es hecho, fue hecho”. ¡Las primeras tres declaraciones en el evangelio según San Juan lo resumen todo! "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios."
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