Me toca hoy dentro del programa de trabajo del presente año, exponer un trazado sobre El Templo del Rey Salomón, uno de los aspectos más importantes sobre los orígenes de nuestra orden.
En primer lugar es importante que tratemos sobre quien fue Salomón, y en que época vivió, y estos datos los encontramos en La Biblia, en el Antiguo Testamento, en El Libro de Los Reyes. Esta parte de La Biblia constituye la tercera etapa de la historia de Israel, la primera corresponde al Tiempo de los Patriarcas (Abraham, en los años 1,750 a.C.) y segundo al Tiempo del Éxodo y Conquista (Moisés, en los años 1,250 a.C.)
Por los años 1,000 a.C. las numerosas tribus israelitas se vieron obligadas a unirse para
defender sus Valles de Palestina que ocupaban, ante la invasión por el mar de los filisteos; David conquista Palestina y sus alrededores, y al tomar Jerusalén, hace de ella el centro de la unidad nacional. David se porta como servidor de Yahvé y profeta, y recibe de Dios una promesa para sus descendientes que reinaran después de él.
Salomón, hijo de David y Betsabé, fue el tercer rey de Israel ascendió al trono de Israel a los 20 años, aproximadamente el año 1,015 a.C. y permaneció hasta el año 975 a.C. destacó por su gran sabiduría, poesía, riqueza y poderío, siendo tal vez en la justicia donde más ha brillado su sabiduría.
Cuenta la historia que Salomón tuvo un sueño en el que se lo apareció Yahvé y le dijo que le pidiera lo que sea, y este le pidió un espíritu atento, para gobernar bien a su pueblo, y decidir entre lo bueno y lo malo. A Yahvé le gustó que Salomón le pidiera una cosa así, y no una larga vida, o riquezas o la muerte para sus enemigos, sino más bien inteligencia para gobernar con rectitud. Por eso le concedió lo que había pedido, le dio sabiduría e inteligencia como nadie la habla tenido antes de él ni la tendrá después. Pero también le concedió lo que no había pedido, riquezas y gloria tales que mientras vivas no habrá rey alguno como tú, dijo Yahvé.
Estando próximo a la muerte, David le pidió a Salomón que edifique un Templo a Yahvé, a fin de sustituir el tabernáculo nómade por un lugar permanente de adoración, y donde se guardaría celosamente el Arca de la Alianza, para lo cual le hizo entrega de un tesoro colectado desde antes con tal propósito. Así, Salomón recibió de su padre tres mil talentos de oro y siete mil talentos de plata, los poderosos del reino ofrendaron cinco mil talentos de oro y millares de talentos de plata, cobre y hierro.
A la muerte de David, Salomón emprendió la difícil y noble tarea encargada por su padre, buscó la ayuda de Hiram Rey de Tiro, por ser amigo y antiguo aliado de su padre, para contratar mano de obra y arte fenicio ya que este pueblo se habla destacado en la actividad de la construcción y sobre todo por su eficacia en organizar el trabajo en este tipo de obras monumentales.
La ayuda de Hiram Rey de Tiro se hizo efectiva a través de 33,600 trabajadores de su reino, además de madera de cedro de la cordillera del Líbano y piedra para la construcción, pero también le envío una ayuda mucho más valiosa que los hombres y los materiales, le envío al buen arquitecto Hiram Abi, cuya fama había trascendido.
Cuenta la historia que Salomón contó a todos los hombres extranjeros que había en Israel, siendo 153,600, el total, y señaló 70,000 para llevar cargas y 80,000 canteros en las montañas y 3,600 capataces para hacer trabajar al pueblo, comenzándose así a construir la casa de Yahvé en Jerusalén, en el monte Moriah, a los dos días del mes segundo del cuarto año de su reinado, según esta narrado en La Biblia en El Libro de los Reyes.
La construcción del Templo se realizó con piedras que traían ya labradas, de tal manera que cuando se realizaba la edificación, ni martillos ni hachas se oyeron en la Casa del Señor, ni ningún otro instrumento de hierro, según esta narrado en El Libro Primero de los Reyes en 6:1 al 6:38, así como en Crónicas libro 2 del 3:1. al 3:17, narra también las Escrituras que delante del Templo hizo dos columnas con sus capiteles adornados con cadenas y 100 granadas, llamando a la de la derecha Jakim y a la de la izquierda Boaz. Cada una tenía 17.5 codos de altura, 12 de circunferencia y 4 de diámetro, eran huecas para servir de archivos en donde guardar, tenían capiteles de 5 codos de altura, adornadas con artísticas redes que simbolizan la unión, los lirios como emblema de la paz por su blancura, y granadas que por la exuberancia de las semillas simbolizan abundancia, sobre estas se colocaron dos esferas con el mapa celeste y terráqueo expresando la universalidad.
Es difícil imaginar la grandeza de esta construcción, narra La Biblia que se cubrieron las paredes con tablas de cedro desde el suelo hasta la vigas, se cubrió el pavimento con madera de ciprés, se techó el cuerpo de oro fino, así las vigas, umbrales, paredes y puertas, se hicieron dos querubines de madera de olivo del lugar santísimo cada uno de 10 codos de longitud, y de 20 codos de alas extendidas, se fabricaron cientos de utensilios de oro puro. Así la construcción del Templo erigido a la gloria del Señor, se usaron maderas preciosas y fragantes desbastadas en los montes del Líbano, como el cedro, haya, sicomoro, acacia, abeto, ébano, etc. En las riberas del Jordán, entre los pueblos de Suchot y Seredat, los "artífices en metales", a las órdenes de Hiram Abi, fundían y cincelaban el oro y la plata. Estos preciosos metales eran extraídos de las minas de Ofir; en el mismo lugar que cincelaban los metales, también fueron fundidas en bronce las dos grandes columnas que luego fueron colocadas en el pórtico o entrada del Templo.
Como podemos apreciar, las piedras pulidas, las maderas desbastadas y el oro y la plata cincelada eran trabajados en lugar distinto a donde se construía el Templo, eran conducidas por mar hasta Joppa y desde allí remitidas a Jerusalén y ya en el Templo los diligentes obreros "adosaban piedra sobre piedra para levantar el Templo para la Gloria del Señor". Según está narrado en el Antiguo Testamento, durante la construcción no se oyó ruido metálico alguno, sólo se trabajo con mazos de madera, no se turbó con ruidos metálicos el silencio y el ritmo del trabajo, porque siempre se ha considerado el metal innoble, como impropio para la construcción sagrada.
El filosofo Albert Gallatin Mackey en su obra Enciclopedia de la Francmasonería y su relación con las ciencias, refiere que el Lunes, el segundo día del mes hebreo Zif que corresponde al año 1,012 a.C., el Rey Salomón empezó la construcción del Templo guiado en todos sus detalles como nos lo informan las tradiciones masónicas, por los sabios y prudentes consejos de Hiram Rey de Tiro e Hiram Abi el arquitecto, quienes con Salomón constituyeron en ese tiempo los tres Grandes Maestros de la Hermandad. Así también dicen nuestros manuales de Aprendiz, cuando señalan que nuestras logias están sostenidas por tres grandes pilares llamados sabiduría, fuerza, y belleza, la primera nos guía y dirige en todas nuestras empresas, la segunda soporta y nos sostiene en las dificultades, y la tercera adorna, inspira y ennoblece la mente humana; y representan además a Salomón Rey de Israel, por su sabiduría demostrada entre otras cosas. por concebir, concluir y dedicar el Templo de Jerusalén a la Gloria del Señor, a Hiram Rey de Tiro por su fuerza de ayuda en elementos materiales, y a Hiram Abi por su ingenio y maestría como arquitecto al adornarlo y embellecerlo.
El gran artífice de la construcción de esta magnífica obra fue, como ya hemos visto Hiram Abi no solo por su gran habilidad para trabajar, como dice La Biblia en oro, plata, metal y hierro, en piedra y en madera,, en púrpura y en cárdeno, en lino y en carmesí, asimismo en esculpir todas figuras y sacar diseños; sino por su propia formación personal con la que enseñó y practicó la caridad y el amor fraternal, estableció una gran organización en los trabajos, estableciendo una ceremonia de iniciación para poner a prueba la fortaleza y los méritos de los candidatos y los agrupó por categorías, adoptó modos de reconocimiento para el ingreso a los distintos compartimentos de la obra, entre otras razones para cuando tenían que cobrar su salario, e inculco las obligaciones y los principios de la moral, valiéndose para ello de símbolos y alegorías.
Dice A. G. Mackey, que Hiram Abi como tirio y como artífice, debió estar en relación con la Fraternidad Dionisaca, y que no fue un humilde miembro a juzgar por la elevada posición y distinción que le dispensaban el la corte del Rey de Tiro, debió conocer todas las costumbres ceremoniales de los artífices dionisacos y gozar de tina larga experiencia en las ventajas de la disciplina, la organización y el gobierno, practicadas en la construcción de los numerosos edificios sagrados por ellos construidos.
La construcción del Templo demoró algo más de 7 años, a su termino, el Rey Salomón ordenó que llevasen el Arca de La Alianza conteniendo las Tablas de Moisés de donde habían sido colocadas por su padre el Rey David, y que fuera depositado con ceremonias dentro del Templo en el Santo de los Santos, en el Santo Santorum, debajo de las extendidas alas del querubín, acto con el cual el Templo quedó terminado y consagrado a la Gloria del Señor.
El Templo conserva todo su esplendor durante 33 años, hasta que Shishak Rey de Egipto, tomó Jerusalén y se llevó los mejores tesoros, igual hizo el Rey de Juda Ahaz y otros, hasta que el Rey Nabucodonosor de Caldea se lleva una parte de los vasos sagrados a Babilonia y luego otra parte hasta que el año 588 a.C. el Templo y Jerusalén fueron totalmente destruidos; dice la historia que Zorobabel reconstruye el Templo por el año 515 a.C., el cual fue totalmente arrasado el año 70 de nuestra era, y del cual sólo queda una reliquia llamada El Muro, de los Lamentos, lugar hasta hoy de peregrinación de los judíos.
Para terminar este apretado relato acerca del Templo del Rey Salomón y sus constructores, debo señalar que se dice de Salomón que fue el monarca más sabio de Israel, que por sus conocimientos científicos se adelantó a su época, y se le atribuyen los poemas que se conservan en el Eclesiastés, así como la calidad filosófica, de los Proverbios, todos ellos contenidos en La Biblia, y espero con este trazado haber contribuido en algo para despertar el interés especialmente de mis hermanos menores, para que se inicien en la fabulosa investigación de nuestros orígenes y podamos juntos descubrir luego nuestro destino.
Finalmente y como un apéndice de mi trazado debo añadir que cuenta la historia tal vez mezclada con la leyenda, que sometido el pueblo de Israel por Nabucodonosor, en señal de desprecio al Delta Sagrado, les colocaban cadenas triangulares, luego Zorobabel conduce al pueblo judío a Jerusalén y logra la reconquista, una vez en la ciudad fueron a las ruinas del Templo, hasta la Bóveda Sagrada, que no había sido profanada y fundieron el Delta Sagrado y rompieron la piedra ágata con las inscripciones para prevenir futuras profanaciones y transmitieran los secretos ocultos en tales objetos sagrados mediante la tradición oral. Dice también la historia ‑ leyenda que conducidos por Ananía y Zorobabel, el pueblo judío, tal vez los masones, se dieron el trabajo de reconstruir el Templo de Salomón, pero como, eran constantemente acosados por pueblos enemigos, los obreros debieron trabajar teniendo siempre en una mano la espada. Y finalmente también se dice que en Judea existía una antigua sociedad religiosa que colaboró en la edificación del Templo y adorno de sus pórticos, que tomó el nombre de Caballeros del Templo de Jerusalén, y se dice que esta sociedad llamada también de Los Caballeros Templarios, produjo la secta de los Esenios y en cuyos misterios se supone fue iniciado Jesús, el sublime rabí de Galilea.
Q:.H:. Ricardo Maraví Segura.
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