La ciencia solo admite aquello que se ha demostrado que es verdad.
Lo empírico es un hecho
esotérico y espiritual. En Filosofía, en Psicología, en Parapsicología,
finalmente, en lo que no es ciencia exacta, la convicción tiene lugar a través
de la Fe.
La Masonería maneja los
sentimientos, las virtudes y los actos espirituales, ya que utiliza la
materialidad como medio. En las ceremonias de Iniciación, el candidato es
sometido a pruebas severas; los principales se llaman prueba de aire, tierra,
agua y fuego, es decir, los elementos materiales del universo; sin embargo, la
parte principal es lo esotérico, es decir, lo oculto, lo secreto, lo
espiritual.
En la Masonería, el masón no
necesita demostrar nada, porque su vida es espontánea, abierta, y su amor
fraternal lo une a sus cohermanos.
El que exige pruebas de algo
estará expresando su desconfianza hacia su hermano.
La Filosofía Masónica impone
una "filosofía de vida" diferente de la ordinaria.
La única prueba admisible,
tanto en el sentido práctico como esotérico, es la famosa frase de Descartes:
Cogito ergo sun, "Pienso, luego existo".
Breviário Maçônico / Rizzardo
da Camino, - 6. Ed. – São Paulo. Madras, 2014, p. 313.
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